Washington, 27 oct (Prensa Latina) Cientos de efectivos de la policía y equipos especiales continúan hoy la intensa búsqueda de Robert Card, señalado como sospechoso de la masacre que dejó 18 muertos y 13 heridos en la ciudad estadounidense de Lewiston.
Perros, drones, helicópteros y otros medios tecnológicos fueron movilizados para el rastreo de Card, de 40 años, quien logró burlar todo el cerco en un área, además, boscosa que cuenta con refugios y ríos.
Según la prensa local, la cacería también se extendió a los estados vecinos de New Hampshire y Massachusetts.
Experto en armas de fuego y reservista del Ejército de Estados Unidos, el sujeto ha logrado burlar, hasta ahora, todos los controles.
Además, «está claro que lo planeó cuidadosamente», dijo Juliette Kayyem, una analista de CNN. Otro observador opinó que el hecho de que Card fuera capaz de huir después de ejecutar sus acciones presuntamente en dos lugares de la ciudad «demuestra que hay un nivel más sofisticado de planificación en este ataque».
«Una vez más, nuestra nación está de luto después de otro tiroteo masivo trágico y sin sentido», expresó el presidente Joe Biden en un mensaje que se repite.
Para innumerables estadounidenses que han sobrevivido a la violencia armada y han quedado traumatizados por ella -dijo el mandatario demócrata-, un tiroteo como este reabre heridas profundas y dolorosas.
Demasiados estadounidenses han tenido un familiar muerto o herido como resultado de la violencia armada, admitió Biden al reconocer que algunas medidas tomadas por su administración aún no son suficientes. Tras otra tragedia más, «insto a los legisladores republicanos en el Congreso a cumplir con su deber de proteger al pueblo estadounidense», apuntó.
El jefe de la Casa Blanca quiere aprobar un proyecto de ley que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, promulgar verificaciones de antecedentes universales, exigir el almacenamiento seguro de las armas y poner fin a la inmunidad de responsabilidad de los fabricantes de armas.
Esto es lo mínimo que le debemos a cada estadounidense que ahora llevará las cicatrices -físicas y mentales- de este último ataque, afirmó Biden.
Los más de 110 mil habitantes del condado de Androscoggin, en Maine, siguen encerrados en sus casas. Las imágenes de los medios locales muestran una ciudad sitiada.
Con esta tragedia, Estados Unidos marcó los 566 tiroteos masivos en lo que va de 2023, de acuerdo con datos del rastreador en línea Gun Violence Archive.